Cuando hablamos de percepción nos referimos a la impresión que obtenemos al contemplar o relacionarnos con algo o alguien.
Aplicado al turismo, podemos deducir varias hipótesis.
Desde el punto de vista de una persona que habita en España:
Si viajamos a un país en el que el nivel cultural y socio-económico es menor que el de nuestro país y hay factores como la delincuencia, esto influirá sobre nuestra primera impresión y lo veremos como un posible peligro o lo miraremos con inferioridad, ya que pensamos que en nuestro país, todo es diferente y mejor.
Un ejemplo de esto puede reflejarse en países europeos como Rumanía, Bosnia, Azerbaiyán... en los que, no solo el nivel económico, sino el social y cultural es menor, dado que han pasado por duras guerras que aun permanecen sus efectos directos e indirectos.
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| Escuela en Rumanía |
Por el contrario, si nuestro país es de nivel similar o incluso inferior al del que vamos a visitar, es posible que viajemos con más seguridad que si se trata del caso contrario. Cabe la posibilidad que si el nivel de este país es más elevado, podemos mostrar un sentimiento de inferioridad hacia éste.
En este caso, los países nórdicos, a primera vista, tienen mayor nivel económico, social y cultural que nuestro país. De esta manera, cuando viajamos a uno de estos países nos sentimos más seguros, e incluso más inferiores, dado a las condiciones que muestran, como por ejemplo más control, mejor educación, y precios más elevados.
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Universidad de Oslo
Con esto podemos ver que no hace falta salir de Europa para observar esto, aunque en los otros continentes, en comparación con el nuestro, las discrepancias entre ellos pueden ser mayores.
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